El Arcipreste de Guadalajara (España) ha recibido la entusiasta respuesta de numerosas organizaciones católicas del sur del país para lanzar una campaña de defensa de la presencia de los crucifijos y otros símbolos religiosos en los espacios públicos.
El movimiento, según señalan los organizadores, surge como respuesta a la previsible Ley del Gobierno socialista que "regulará" la presencia de los símbolos religiosos fuera del ámbito privado, y que se teme que acabe por prohibirlos; y también a la luz de la controvertida sentencia del Tribunal de la Unión Europea que declaraba ilegal la presencia de la Cruz en las aulas de las escuelas.
Un centenar de organizaciones católicas de la región española se han adherido a un manifiesto que defiende que la presencia del crucifijo "en las aulas y otros espacios públicos", destacando que éste es "parte de nuestra identidad histórica, cultural, y espiritual cotidiana, y aún de la sociedad occidental".