Al recibir hoy las cartas credenciales del nuevo embajador de Chile ante la Santa Sede, Fernando Zegers Santa Cruz, el Papa Benedicto XVI, destacó que cuando la Iglesia Católica defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el matrimonio conformado por un hombre y una mujer, y la familia basada en éste; no lo hace sólo por quienes comparte su fe, sino por el bien de toda la sociedad.
En su discurso, el Santo Padre expresó primeramente su cercanía al pueblo chileno, duramente probado por el terrible terremoto de febrero de 2010 y recordó "el esfuerzo inmenso que la Iglesia Católica en Chile, muchas de cuyas comunidades han sido también duramente probadas por el seísmo, está realizando para intentar ayudar a quienes más lo necesitan". "No me olvido tampoco de los mineros de la región de Atacama y sus seres queridos, por quienes rezo fervientemente", agregó.
Al recordar que el nuevo embajador comienza su misión en el año en que Chile celebra el Bicentenario de su independencia, el Papa afirmó que "son muy numerosos los frutos que el Evangelio ha producido en esta bendita tierra. Frutos abundantes de santidad, de caridad, de promoción humana, de búsqueda constante de la paz y la convivencia", y recordó en este sentido la celebración el año pasado del 25 aniversario de la firma del Tratado de paz y amistad con Argentina que, "con la mediación pontificia, puso fin al diferendo austral".