Al recibir esta mañana las cartas credenciales del nuevo Embajador de la República de Corea ante la Santa Sede, Han Hong-soon, el Papa Benedicto XVI señaló que la Iglesia Católica, con el anuncio del Evangelio, sus obras de caridad, su firme compromiso en la defensa de la vida, su contribución en la educación y en muchas otras áreas, colabora siempre en el trabajo para lograr el bien común de la sociedad.
En su discurso el Papa destacó "el notable crecimiento económico que ha experimentado el país en los últimos años, transformando a Corea de un receptor neto de ayuda a un país donante".
Benedicto XVI recordó que el presidente coreano, en su visita al Vaticano el año pasado, dijo que "existen peligros relacionados con el rápido crecimiento económico que pueden muy fácilmente eludir las consideraciones éticas, de modo que los miembros más pobres de la sociedad tiendan a ser excluidos de su legítimo derecho de compartir la prosperidad de la nación. La crisis financiera de los últimos años ha exacerbado el problema, pero también ha centrado la atención en la necesidad de renovar los fundamentos éticos de todas las actividades económicas y políticas".