A través de Cáritas Palo, la Iglesia en Filipinas está atendiendo a unas 500 familias que quedaron damnificadas en la provincia de Biliran, luego del paso de la tormenta tropical Urduja el miércoles 20 de diciembre.
"Queremos ayudar a más personas en los próximos días, incluso si eso significa que trabajemos doble durante las fiestas. En la Iglesia Católica creemos que nadie debería ser dejado atrás", afirmó el director de Cáritas Palo, P. Al Cris Badana.
La Iglesia en Filipinas, a través de su agencia de noticias CBCP News, informó este 24 de diciembre que los artículos de ayuda fueron entregados al Centro de Acción Social de la Diócesis de Naval, en la provincia de Biliran. Estos fueron adquiridos con los fondos de emergencia de la Arquidiócesis de Palo.