"El obispo de Guantánamo quería llegar aquí a toda costa para saber de nosotros, pero el paso era imposible. Mi chofer se lo encontró lleno de fango intentando buscar un paso para el carro. Afortunadamente pudo saber de nosotros y avisar a las familias, y en cuanto se restablecieron los caminos ha venido a vernos", escribió.
En la carta, a la que ACI Prensa tuvo acceso el 13 de octubre, el sacerdote relató que "muchos de mis fieles lo han perdido prácticamente todo" y si bien funcionarios del gobierno han preguntado a la población la cuantía de sus pérdidas, no han traído alimentos. "Hasta hoy –al momento de escribir el texto- la panadería no había logrado encender el horno y no hay pan".
Sin embargo, Cáritas ya se ha movilizado y las distintas diócesis están viendo cómo apoyan. El Arzobispo de La Habana, Mons. Juan García, "ya ha mandado lo que ha podido y dinero para comprar lo indispensable, sobre todo comida", indicó.
En ese sentido, el sacerdote afirmó que "nuestra prioridad ahora es que la gente tenga que comer. Los templos ya se arreglarán en su momento, ahora es necesario garantizar el sustento, porque hay gente que lo ha perdido todo, y si bien la solidaridad de familiares y amigos ha sido muy palpable, las reservas se acaban y aquí la gente no tiene mucho".