Hoy, 22 de junio la Iglesia Universal recuerda la memoria del santo patrón de los políticos y gobernantes, Santo Tomás Moro, era un famoso abogado, filósofo y político y murió decapitado en 1535, por negarse a traicionar la fe católica.
"Me pongo totalmente en manos de Dios con absoluta esperanza y confianza" fueron algunas de las palabras que el mártir inglés escribiera en una carta a su hija Margarita cuando estaba encarcelado por orden del Rey Enrique VIII de Inglaterra por no firmar un acta de sucesión y de supremacía, que proclamara al rey como cabeza de la iglesia anglicana y su independencia de Roma.
Santo Tomás Moro señalaba que "el hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral" y cuando su hija Margarita lo visitaba en la cárcel, rezaba junto a ella y juntos pensaban en el cielo, afirmaba además que "prefiere ser discípulo del Señor antes que del Rey".