San Hermenegildo fue un príncipe visigodo que vivió entre finales del s. V y la segunda mitad del s. VI. Su padre, el rey Leovigildo, lo educó en el arrianismo (doctrina herética muy difundida entre los visigodos que fue minando la estructura de la Iglesia por todas partes, incluso “ganando” sacerdotes y obispos) pero el joven príncipe terminó rechazando esta doctrina, motivo por el que acabaría asesinado.
El error y la mentira esclavizan
La historia de Hermenegildo, en consecuencia, es la de un converso, no de religión, pero sí de la forma de entender la fe: proveniente de las canteras del error en torno a la Trinidad, fue conducido a la luz de la verdad -Cristo es Dios por toda la eternidad y como Dios ofreció su vida para salvación de los hombres-.