Recomendables son las oraciones de intercesión ofrecidas a la Virgen María, de manera especial el Santo Rosario; también es bueno pedir la intercesión de los santos a través de novenas u oraciones votivas; y, finalmente, no debemos olvidar que toda oración debe estar acompañada de obras de caridad o pequeños sacrificios de la vida cotidiana como, por ejemplo, la limosna, esto es, compartir nuestros bienes con los más necesitados.
Una mención aparte merece la asistencia a la Santa Misa. Si bien en la mayoría de lugares no es día de precepto o día de guardar, la celebración eucarística es “la oración por excelencia''. Eso no puede ser pasado por alto. Ofrezcamos la Santa Misa por nuestros difuntos.
También es muy recomendable averiguar y poner en práctica las distintas alternativas que da la Iglesia universal o las Iglesias locales para obtener la Indulgencia Plenaria por los difuntos fallecidos sin las debidas asistencias espirituales.
Indulgencia plenaria por la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos