Hoy, sábado 18 de octubre, la Iglesia Católica recuerda a San Pablo de la Cruz, un santo sacerdote que tenía un gran celo apostólico por servir a los más pobres y a los enfermos, y se mortificaba con duras penitencias.
El Santo era un gran predicador, a donde iba predicaba de la Pasión y Muerte del Señor. Tuvo la hermosa experiencia de ver a la Santísima Virgen María.
Ella se le apareció y le enseñó cómo serían las características de la comunidad religiosa que él fundaría, misión que emprendió entregándose a la profunda oración y ayunando a pan y agua.