Cada 10 de agosto la Iglesia celebra a San Lorenzo de Roma, mártir, patrono de los diáconos y famoso por su martirio -uno de los más antiguos que están documentados-, realizado sobre una parrilla incandescente.
San Lorenzo también es patrono de los archiveros (archivistas) y tesoreros en virtud de su servicio diaconal, por el que le fue encomendado el registro y cuidado de los bienes de la Iglesia de Roma, así como la administración de los recursos para ayudar a los pobres.
San Agustín (354-430) destacó su labor como diácono en uno de sus sermones: "La Iglesia de Roma nos invita hoy a celebrar el triunfo de San Lorenzo, que superó las amenazas y seducciones del mundo, venciendo así la persecución diabólica.