En una emotiva ceremonia se trasladó la Reliquia de la sangre del Beato Juan Pablo II a la Capilla del Hospital Pediátrico Niño Jesús de Roma con la presencia del Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone.
La sangre del Beato Wojtyla fue sustraída por los médicos en los últimos días de vida del Pontífice con vistas a una posible transfusión, y la muetsra fue conservada en una pequeña ampolla hoy dentro de un relicario que estará en el altar de la capilla de los hospital, a donde acuden pequeños pacientes, sus familiares y los trabajadores sanitarios.
Durante la ceremonia, el Cardenal Bertone señaló que la memoria del Papa Wojtyla "está en el corazón de todos, católicos y no católicos", "está viva y acompaña los sufrimientos y las esperanzas de muchos niños que sufren así como de sus familiares, debe acompañarnos en nuestra vida", y debe servir de "apoyo al sufrimiento de los niños y de sus familias".