El Obispo de Comayagua (Honduras), Mons. Roberto Camilleri, lamentó la muerte de 355 personas durante el incendio que consumió la cárcel local y pidió a las autoridades garantizar la integridad y la dignidad de los presos para que no se vuelva a repetir esta tragedia.
En un comunicado difundido este jueves por la agencia Fides, el Prelado pidió atender a los sobrevivientes y a las familias afectadas. Sin embargo, advirtió que ha sido "el tercer siniestro que se da en los centros penales en Honduras, con el agravante que la granja penal de Comayagua era considerada como la cárcel de mayor nivel de seguridad a nivel nacional".
"Consideramos lamentables las condiciones inhumanas de hacinamiento e inseguridad en la que vive la población penal de nuestro país. Específicamente en el Centro penal de Comayagua, construido para albergar 250 personas, mientras que la población ascendía a 852 prisioneros", señaló.