Y así Jesús transforma la murmuración en fiesta y nos dice: "¡Alégrense conmigo!". Vamos a hacer fiesta. En la parábola del hijo pródigo me gustó una vez que encontré una traducción dice que el padre dijo que "vamos a hacer fiesta". Una traducción decía, y ahí empezó el baile: la alegría con la que somos recibidos por Dios, empezó el baile.
Hermanos: Ustedes son parte de la familia, ustedes tienen mucho para compartir, ayúdennos a saber cuál es la mejor manera para estar y acompañar el proceso de transformación que, como familia, todos necesitamos. Todos.
Una sociedad se enferma cuando no es capaz de hacer fiesta por la transformación de sus hijos, una comunidad se enferma cuando vive de la murmuración aplastante, condenatoria e insensible. El chisme. Una sociedad es fecunda cuando logra generar dinámicas capaces de incluir e integrar, de hacerse cargo y luchar para crear oportunidades y alternativas que den nuevas posibilidades a sus hijos, cuando se ocupa en crear futuro con comunidad, educación y trabajo. Esa comunidad es sana.
Y si bien puede experimentar la impotencia de no saber el cómo, no se rinde y lo vuelve a intentar. Todos tenemos que ayudarnos para aprender, en comunidad, a encontrar estos caminos, a intentarlo de nuevo. Es una alianza que tenemos que animarnos a realizar: ustedes, chicos, chicas, los responsables de la custodia y las autoridades del Centro y del Ministerio, todos, y sus familias, así como los agentes de Pastoral.
Todos, peleen y peleen, pero no entre ustedes por favor, para encontrar y buscar los caminos de inserción y transformación. Eso el Señor lo bendice, esto el Señor lo sostiene y esto el Señor lo acompaña.
En breve continuaremos con la celebración penitencial donde todos podremos experimentar la mirada del Señor, que no mira un adjetivo, nunca, sino que un hombre, los ojos, el corazón, no mira una condena sino que mira hijos. Mirada de Dios que desmiente las descalificaciones y nos da la fuerza para crear esas alianzas necesarias que nos ayudan a todos a desmentir las murmuraciones, esas alianzas fraternas que permiten que nuestras vidas sean siempre una invitación a la alegría de la salvación, a la alegría de tener un horizonte adelante, a la alegría de tener una fiesta de hijos. Vayamos por este camino, gracias.