Con el establecimiento de un “protocolo” de actuación elaborado en acuerdo con las autoridades judiciales, el hospital universitario de Groningen, dio el primer paso para la legalización de la eutanasia infantil en Holanda, convirtiendo en muy remota la posibilidad de que los médicos puedan ser acusados de asesinato.
El protocolo para la eutanasia infantil es parecido al procedimiento que marca la ley para los adultos, con la exigencia de una segunda opinión independiente y la certificación de que se cumplen todas las condiciones médicas, salvo, claro está, la voluntad expresa del infante.
Según relata el diario ABC de Madrid, el protocolo “aunque no tiene fuerza de ley y, por lo tanto, no exime completamente a los médicos que realicen tales prácticas de eventuales persecuciones judiciales, el hecho de que haya sido redactado de acuerdo con las autoridades judiciales aporta una mayor seguridad jurídica a los facultativos que asuman esta opción a petición de los padres”.