27 de septiembre de 2006 / 03:10 PM
Una bebé de padres mexicanos se ha convertido en el centro de atención de Phoenix y recibe a diario hermosos regalos de gente que tal vez nunca conozca. Hace casi dos meses, su madre, Verónica Celis, fue declarada con muerte cerebral. Los médicos la mantuvieron conectada a un respirador artificial hasta el domingo pasado, cuando nació la bebé que esperaba y por la cual se negó a recibir un tratamiento que pudo prolongar su vida.
Verónica tenía 36 años de edad y tres hijos varones de 19, 13 y 10 años, siempre quiso una niña y con su esposo había considerado adoptar una.
Hace un tiempo le diagnosticaron cáncer de mamas, se sometió a un tratamiento y la enfermedad pareció replegarse. En junio pasado se confirmó que Verónica tenía cáncer nuevamente y además que estaba embarazada de la niña que siempre quiso.