15 de abril de 2005 / 12:02 PM
El Arzobispo Piergiorgio Silvano Nesti, sacerdote pasionista, Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, presidió en la Basílica Vaticana la octava Misa de los novendiales en sufragio del Papa Juan Pablo II, a quien presentó como un testimonio para los consagrados del mundo “hasta el último respiro”.
El Santo Padre “en su largo, rico y articulado magisterio, nos ha precedido siempre con el ejemplo, nos ha hablado con el corazón de un padre y la sabiduría de un testimonio, nos ha dejado el más vivo testimonio de cómo se debe vivir por Cristo y por la Iglesia con una donación total hasta el último respiro”, afirmó Mons. Nesti.
Ahora, indicó, “el Papa reposa como un grano de trigo a la espera de la resurrección final. Vive en Cristo, alfa y omega, principio y fin, centro del cosmos y de la historia. También nosotros somos testigos atónitos y gozosos de los muchos frutos ahora visibles de su vida, de su magisterio, del ejemplo de su pío tránsito, acompañado por la oración de la Iglesia, por la coral presencia de jóvenes.”