7 de noviembre de 2006 / 10:42 AM
La Santa Sede denunció ante el Fondo para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) que "el hambre y la desnutrición son inaceptables en un mundo que dispone de niveles de producción, de recursos y de conocimientos capaces de poner fin a esta plaga y sus consecuencias dramáticas".
El Arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados, pronunció un discurso en la sede de la FAO durante la 32º sesión de su Comité Intergubernamental para la Seguridad Alimentaria.
En su mensaje, el representante vaticano aclaró que "no es vocación de la Iglesia, proponer soluciones políticas, económicas o técnicas para hacer frente a los problemas de la sociedad, pero en su misión de anunciar la ‘Buena Nueva a todas las naciones’, se siente particularmente cercana a los que viven en condiciones de pobreza, de sufrimiento y de desnutrición y quiere ayudarles con los medios que le son propios".