Los movimientos anti-vida han desplegado una campaña para proponer al gobierno de Reino Unido la ley que autorice la eutanasia, a pesar de que en el año 2010, la Sociedad Real Británica de Medicina se declaró en contra de esta práctica y a favor de promover los cuidados paliativos para los enfermos terminales.
Según informó Radio Vaticana, un grupo de parlamentarios anti vida junto a la asociación Dignity in Dying (Dignidad al morir), lanzaron una consulta nacional sobre un nuevo proyecto de ley que garantice el suicidio asistido para presentarlo al gobierno de David Cameron.
Esta iniciativa responde a las recomendaciones del político Charles Falconer, quien publicó un informe el pasado mes de enero para solicitar la legalización del suicidio asistido en enfermos terminales con una esperanza de vida menor a un año.