24 de octubre de 2017 / 04:13 PM
Una vida de delincuencia y drogadicción llevaron a Khristian Briones a pasar 10 años en la cárcel, en los que además de pagar sus culpas, inició un camino de fe y conversión a través del rezo del Santo Rosario.
Desde niño vivió en la pobreza y al cuidado de sus abuelos. Creció en medio del alcoholismo, la violencia familiar y la drogadicción. La falta de oportunidades y el hambre que padeció lo llevó a admirar a aquellos que robaban camiones de comida para repartirla entre la gente.
Vivió su niñez y adolescencia en centros de detención de menores donde se "culturizó en la delincuencia", robó para tener dinero y apostar en juegos de salón, probó las drogas, "me hice más adicto y más violento", dijo Briones en conversación con ACI Prensa.