Imponer a la mayoría un “modelo de sociedad libertaria y radical” es lo que el Gobierno pretende con las reformas para acelerar el divorcio y legalizar el mal llamado “matrimonio de homosexuales”, afirmó en su más reciente carta pastoral el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco.
El Prelado advirtió que “nos encontramos ante gobernantes que decían que iban a dialogar, pero no dialogan; que se esperaba que construyeran, pero destruyen; que decían que iban a respetar la libertad religiosa, pero apuestan por un nuevo ‘nacional-laicismo’”.
“Con la excusa de las minorías se quiere dar a entender que no existen normas morales objetivas, ni exigencias del bien común y que el poder político tiene las manos libres para cambiar la moral y la sociedad a su antojo”, agregó el Arzobispo en su carta “Una sociedad libre y humana”.