Gobierno “hizo un mar turbulento” de un vaso de agua, señala Arzobispo argentino

En una entrevista concedida al diario “Norte”, el Arzobispo de Resistencia, Mons. Carmelo Giaquinta, expresó que el Gobierno tuvo una reacción desmesurada ante las declaraciones del Obispo Castrense, Mons. Antonio Baseotto, y que por lo tanto el Presidente Néstor Kirchner debería practicar la virtud de la prudencia.

Durante la entrevista, Mons. Giaquinta lamentó la reacción del Ejecutivo, porque “de un vaso de agua (...) ha hecho un mar turbulento”. Dijo que podía haber actuado “con más sabiduría y moderación”, sin embargo, agregó que aún puede “reencauzar un conflicto y buscarle solución”.

El Arzobispo de Resistencia indicó que si bien no comparte la metodología de enviar una carta pública a un ministro, el fondo de la misma, es decir la oposición al aborto y la distribución de preservativos, “refleja la doctrina constante de la Iglesia”. Agregó que aunque el Gobierno oficialmente afirma que no está a favor del aborto, en la práctica sí lo hace a través del Jefe de Gabinete y del Ministro de Salud.

Con respecto a la cita bíblica utilizada por el Obispo Castrense, Mons. Giaquinta aclaró que la reacción del Ejecutivo fue desmesurada.

“Me resulta comprensible que algún periodista ignorante de la Biblia, o movido por alguna ideología, la relacione con los vuelos de la muerte ocurridos hace casi treinta años, pero que lo haga la autoridad pública, y con insistencia, me crea serios interrogantes”, expresó.

Sin embargo, recordó que no es la primera vez que Kirchner reacciona de manera desmedida ante las afirmaciones de algunos obispos. Mencionó que cuando miembros del Episcopado le objetaron su plan de lucha contra la pobreza, tuvo palabras ofensivas para los prelados y “para toda la ciudadanía”.

Mons. Giaquinta agregó que incluso, en el actual caso de Mons. Baseotto, el mandatario “se ha arrogado una atribución que no tiene”, privando “al Obispo Castrense de la libertad para ejercer su ministerio”.

“Al Presidente le debo respeto y ruego por él. Pero también le debo el testimonio de la verdad”, expresó. Por ello, le recomendó cultivar “la virtud de la prudencia, que es la sabiduría práctica para el buen gobierno”, y así ahorrarle al pueblo argentino “sus intemperancias”.

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