23 de enero de 2007 / 05:55 PM
Una vez más, el Gobierno comunista de China respondió a los esfuerzos de la Santa Sede por un acercamiento mutuo, con la negativa a permitir el libre nombramiento de obispos católicos y la exigencia de que el Vaticano rompa sus vínculos con Taiwán.
La agencia oficial china Xinhua difundió las declaraciones del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Liu Jianchao. Sólo "si estos dos temas pueden ser resueltos de forma apropiada, ambas partes disfrutarán de condiciones favorables para mejorar sus lazos y el futuro de las relaciones diplomáticas será brillante", indicó el funcionario.
Así, en su habitual lenguaje oriental y elíptico, el Gobierno comunista se refirió a la reunión celebrada por la Santa Sede el pasado fin de semana, en la que se estudió cómo abordar las relaciones con el país asiático.