A pocos días de que saliera a la luz la histórica Carta a los católicos de China del Papa Benedicto XVI y tras los impedimentos del gobierno para que los fieles en ese país puedan leer la misiva, la China Aid Association denunció el pasado 10 de julio un nuevo atropello de las autoridades del gigante asiático, al estar realizando desde febrero de 2007 la campaña más grande de expulsión de misioneros extranjeros cristianos que se conozca desde 1954.
En una nota de prensa, la asociación de ayuda explica, con información corroborada por otras cinco agencias, que más de 100 extranjeros acusados de estar involucrados en actividades religiosas "ilegales" han sido expulsados de China u obligados a irse entre los meses de abril y junio. Según algunas fuentes del Gobierno chino que se comunicaron con China Aid, esta campaña es parte de las acciones "anti-infiltración" para evitar que más cristianos participen de alguna misión antes del inicio de las Olimpiadas de 2008.
Un misioneros estadounidense, que ha trabajado en el país asiático durante más de diez años y que desea permanecer anónimo por razones de seguridad, indicó a China Aid que unos 60 misioneros extranjeros han sido expulsados de la zona de Xinjiang y que unas 15 parejas de cristianos fueron obligadas a irse de Pekín en mayo.