Fundador del MVC: Nuevos carismas permiten preservar identidad católica ante relativismo

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ACI Prensa entrevistó a D. Luis Fernando Figari, Fundador del Movimiento de Vida Cristiana (MVC), al culminar su III Asamblea Plenaria. El MVC es una asociación internacional de fieles de derecho pontificio reconocida por la Santa Sede en 1994. Es el movimiento eclesial nacido en las Américas más extendido en el mundo con actividades apostólicas en Perú, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Argentina, Costa Rica, República Dominicana, Estados Unidos, Canadá, Italia, Inglaterra, España, México, Australia, Angola y Filipinas.

La III Asamblea Plenaria del MVC congregó en Guayaquil, Ecuador, a 250 delegados provenientes de 17 países del mundo, reunidos bajo el lema "Yo os he elegido a vosotros y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca" (Jn 15,16).

ACI: El final del segundo milenio y el inicio del tercero han visto el surgimiento de nuevos carismas laicales en la Iglesia. El MVC es parte de este fenómeno ¿Cómo explicar este acontecimiento histórico?

LFF: El Espíritu Santo nunca ha abandonado a la Iglesia. En cada época suscita nuevas respuestas, despierta nuevos carismas ante situaciones nuevas, desafíos. Así ha ocurrido a lo largo de la historia y continúa ocurriendo hoy. El laicado forma la mayor parte de la Iglesia. Por lo que es lógico que el Espíritu brinde la ocasión a los laicos de pertenecer a instituciones de vida asociada en las que puedan vivir, ahondar y celebrar la fe con que han sido bendecidos.

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Particularmente en el día de hoy en que el relativismo reinante adquiere tantas formas, desde un secularismo blando a un secularismo agresivo y hasta autoritario, es natural que los laicos puedan tener la oportunidad de acercarse a carismas con los que se sienten más identificados, que les permiten vivir el encuentro con el Señor Jesús, ahondar en las verdades de la fe y participar activamente en la forma asociativa que dichos carismas adquieren. Es una manera, también, de custodiar la propia identidad católica ante tanta contaminación que se expande por causa de la globalización y la profusión de medios informáticos, no pocas veces nada saludables.

El debilitamiento de la identidad católica, hoy lamentablemente no infrecuente, no suele ser por motivos intrínsecos, aunque obviamente suele derivar en ellos, sino por un conjunto de factores de influjo y presión externos que requieren que el fiel sea consciente de la fe de la Iglesia y de su naturaleza articulada y vital, y que ponga medios para no caer víctima de la vorágine relativista que se ve en unos países y regiones más que en otros lugares. Incluso en ciertos países se confunde libertad del estado con secularismo agresivo que coacta las manifestaciones religiosas ciudadanas.

Hay muchísimas escuelas en las que una opción secularizante es transmitida a los educandos, que van viendo atacada su fe desde pequeños en un claro atentado contra la libertad en nombre de la ideología. Muchos medios de comunicación hacen otro tanto. La legislación de algunos países asume la ideología secularista y de facto arremete contra la libertad religiosa y propugna un modelo societario que en última instancia se va alzando contra el ser humano, sus derechos y su dignidad y obviamente su libertad de creer y practicar su fe.

ACI: ¿Qué riqueza aporta el MVC y su espiritualidad a la vida de la Iglesia universal?

LFF: Cada carisma que suscita el Espíritu es para beneficio de la Iglesia toda. Cada familia espiritual que es bendecida con un carisma particular se deja poseer por él y aspira expresarlo en su estilo y en su espiritualidad propios en la unidad y comunión de la Iglesia toda. Hay aproximaciones más profundas y racionales, otras más emocionales, como hay seres humanos.

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El Movimiento de Vida Cristiana surge de buscadores de la verdad, de personas que están firmemente convencidas de que esa búsqueda encuentra respuesta en el Señor Jesús, quien dijo de sí mismo: "Yo soy la verdad". Este encuentro con la persona de Jesús es el acontecimiento que permite acoger el esplendor de la verdad, recibir la vida que el Señor concede, y vivir el amor que como fuego ardiente surge en el propio interior y busca irradiar a los demás.

Se trata de un encuentro personal, que como tal es intensamente vivencial. Tal encuentro no se reduce, para los miembros del MVC, solamente a un aspecto, digamos lo emotivo, sino que va al encuentro de todo el ser humano como ha sido creado por Dios. Busca alcanzar al ser humano todo. Alimenta su mente con las verdades reveladas por Dios y custodiadas en el Depósito de la fe de la Iglesia, sin las cuales el encuentro arriesga perder consistencia y permanencia, firmeza. Toca el corazón convocándolo a adherirse en amor al Señor encontrado, y desde Él a los demás seres humanos, sin ignorar la propia realidad para la cual existen insoslayables deberes de caridad.

Se traduce en una fe en acción, que parte de una persona entusiasmada por un acontecimiento vital que ha transformado su vida, por una fe que le va dando forma en los sucesos e interrogantes de la vida cotidiana, por un fuego de amor que pugna por irradiar luz y calor, en una convicción de que quien posee un bien desea que otros lo conozcan y se puedan beneficiar de él, con la seguridad que la fe de la Iglesia es el bien mayor que se puede ofrecer a una persona, particularmente hoy en que las preguntas fundamentales como ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿cuál es el sentido o misión de mi vida? muchas veces sólo encuentran el eco sordo de un relativismo de piruetas o de un nihilismo que con la fuerza del vacío que postula cae sobre la persona tensionándola y hasta triturándola. Todo esto que les comparto se ha ido desarrollando en el cauce lleno de esperanza del Concilio Vaticano II, siguiendo su impulso de renovación en continuidad.

ACI: El MVC acaba de realizar su III Asamblea Plenaria ¿Qué importancia tiene este evento en la vida de esa familia espiritual?

LFF: Efectivamente, el Movimiento de Vida Cristiana ha culminado unas hermosas y vibrantes jornadas de fe, de oración, de reflexión, de compartir, de comunicar experiencias de vida y apostólicas de diversos lugares del mundo, de forjar lazos de amistad fraterna entre un cuarto de millar de delegados de países de los cinco continentes. La participación de emevecistas, sin embargo ha sido mayor, a través de un gran encuentro con multitud de participantes, de muy asistidas conferencias abiertas a los integrantes locales del MVC, de la concurrida santa Misa en la catedral el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, las visitas a la obras, los encuentros de los asambleístas con beneficiarios de servicios de promoción humana y solidaria y otras actividades que han incorporado a numerosos emevecistas de Santiago de Guayaquil.

Un evento de tal magnitud y características ciertamente tiene consecuencias importantes. Desde las formulaciones y el compartir hasta la vivencia de cada persona sin duda hay una gran riqueza con la que el MVC ha sido bendecido. El quinquenio que se inicia irá mostrando la huella de este trascendente evento en la vida de las personas y del Movimiento. La familia espiritual sodálite, de la que forma parte el MVC, se enriquece toda por una experiencia de tal magnitud. Lo que beneficia a una parte beneficia al todo. Más aún, a los diversos países en que está extendida la familia sodálite llegarán los ecos muy positivos de la bella e intensa experiencia tenida en Santiago de Guayaquil.

ACI: El MVC se caracteriza por su evangelización a los jóvenes, los pobres, la cultura y las familias. ¿Qué desafíos enfrenta en estos ámbitos?

LFF: Ante todo el apostolado de los integrantes del Movimiento de Vida Cristiana está abierto a lo universal. Cada integrante, como bautizado, está invitado a participar en la misión de la Iglesia desde sus propias características y estado. Dentro de ese amplio horizonte el MVC lleva el testimonio de Jesús a los jóvenes, a los pobres, sirviéndolos también en la promoción humana, en necesidades de alimentación, de salud, a la cultura, buscando llegar hasta sus raíces, y a las familias. Cada uno de dichos grupos humanos, jóvenes, pobres, familias, que obviamente no pocas veces se superponen, así como el amplio campo de la cultura ofrecen desafíos siempre novedosos.

No cabría extenderme, pues no acabaríamos en muchas horas. Sólo unos ejemplos. Los jóvenes cada día están menos instruidos y menos formados, no sólo por problemas educativos escolares o familiares, deficiencias y parcialidades en los currículos o en los medios puestos a su disposición, sino por hábitos generados por la afición a ciertos juegos computarizados y por la misma internet que van influyendo en una ausencia crítica, falta de lectura, discurso no lineal, a lo que entre otros problemas más habría que sumar el bombardeo de una publicidad violentista y erotizada. Obviamente al destacar estos elementos estoy hablando en términos generales, pues, como en todo, hay excepciones.

El mundo avanza en tantas cosas, pero la miseria de tantos hermanos y hermanas nuestras está allí, cuestionando el despilfarro de riqueza y la cada vez más agresiva cultura consumista. El proceso de dimisión de lo humano los afecta también en su dignidad. El MVC abre sus brazos a estos hermanos y un muy alto número de sus servicios y obras está orientado a acompañarlos por el camino de la vida con una mano extendida fraternalmente, brindando ayuda material y espiritual en una perspectiva solidaria y de promoción humana. El tema de la cultura es en verdad inmenso, y la creatividad se queda corta para diseñar y generar respuestas a los desafíos que presenta.

La familia es también una prioridad que tiene graves desafíos. No sólo los nacidos de la ideología del género, del relativismo, de legislaciones permisivas y carentes de fuerza protectora y promotora de la familia, sino de una urgente necesidad de formar a las personas para ser esposos y esposas, así como a ser padres y madres de familia que con respeto promuevan el crecimiento integral de sus hijos, la educación en la fe, la transmisión de los valores y la educación en fortaleza de carácter y en el recto manejo de la libertad. La familia, llamada a ser cenáculo de amor, "iglesia doméstica", requiere muchísima ayuda. Institutos y programas de educación y promoción familiar, así como campañas concretas para brindar esa ayuda se multiplican como iniciativa del MVC.

ACI: Al inicio de la presente Asamblea del MVC que acaba de culminar en Santiago de Guayaquil, Ecuador, se anunció un nuevo acento apostólico: la promoción de la vida, dignidad y derechos de la persona humana. ¿Qué explica la inclusión de este acento?

LFF: Hoy por doquier se ve un proceso de dimisión de lo humano. La vida, dignidad y derechos humanos sufren escarnio, manipulación y feroces ataques. La revelación de Dios muestra el alcance de la realidad del ser humano. En el Señor Jesús la persona encuentra su verdadera identidad. No lo que le parece, le gusta o lo que ha sido condicionada a creer por una avalancha de manipulaciones cognitivas, sino la verdad que sobre el ser humano se descubre en el Verbo Eterno hecho hombre para revelar a los seres humanos quienes somos, nuestra identidad más profunda, nuestra dignidad que brota de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, los derechos que nacen de la naturaleza humana y no son concesión ni invento de gobiernos u asociaciones internacionales.

Hay mucho atentado contra el ser humano, se habla mucho de derechos de esto y lo otro y no pocas veces sus mismas formulaciones son atentados contra derechos fundamentales e irrenunciables de la persona. Ante todo está el derecho a la vida, desde que el ser humano es engendrado hasta su muerte natural. La cancelación de ese derecho agotó sus argumentos con el nazismo y diversas versiones pre y polpotianas del comunismo.

Decir que una persona tiene el derecho a quitar la vida a otro ser humano por que nació sin quererla o fruto de alguna situación de violencia es caer al nivel de argumentación de los teóricos polpotianos, leninistas, estalinistas o hitleristas. ¡Habría tanto que decir sobre estos absurdos! Pero también junto a la violencia flagrante contra la vida están las ideologías relativistas y dimisivas de lo humano que son la vanguardia de los absolutismos y totalitarismos que hoy empiezan a reaparecer con nuevas máscaras. Del derecho a la vida y de la dignidad de la persona humana brotan otros muchos derechos que tienen su fuente en la naturaleza humana.

Hoy se requiere cada vez con mayor urgencia la promoción y protección de esos derechos. Mucho ha venido haciendo ya en el pasado en el MVC en este campo, pero hoy se ha querido mostrar lo sensible de tan importante asunto haciéndolo uno de los acentos o campos principales de la tarea evangelizadora de los miembros del Movimiento de Vida Cristiana.

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