A través del Subsecretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Antonio Camilleri, el Papa Francisco dirigió una carta a la dirigente izquierdista Hebe de Bonafini para expresarle que comparte el dolor de las Madres de Plaza de Mayo y donde les pide que "como signo de esperanza y aliento (…) recen y hagan rezar por él".

"El Santo Padre comparte su dolor y el de tantas madres y familias que han padecido y padecen la pérdida trágica de sus seres queridos en ese momento de la historia argentina", expresa la carta con fecha 10 de abril y que responde a la misiva que el 21 de marzo la dirigente de Asociación de las Madres de Plaza de Mayo le escribió para agradecerle su labor en las "villas miserias" de Buenos Aires mientras fue el Arzobispo local.

El Papa, -escribe Mons. Camilleri- manifiesta su gratitud por la misiva y corresponde a "esa delicada atención pidiendo a Dios la fuerza para luchar, desde el ministerio que acaba de asumir, a favor de la erradicación de la pobreza en el mundo, de modo que cese el sufrimiento de tantas personas que pasan necesidad".

"Su Santidad valora y aprecia mucho a quienes están cerca de los más desfavorecidos y se esfuerzan por ayudarlos, comprenderlos y salir al encuentro de sus justas aspiraciones. En su oración, suplica asimismo que ilumine a los que son responsables del bien común para que combatan el flagelo de la miseria con medidas eficaces, ecuánimes y solidarias".

La carta concluye con la bendición del Papa "como signo de esperanza y aliento, a la vez que pide el favor de que recen y hagan rezar por él".

Hebe de Bonafini, líderesa izquierdista conocida por sus constantes y rabiosos ataques a la Iglesia, reconoció en su carta al Papa que "no sabía de su trabajo pastoral".

"Don Francisco, no sabía de su trabajo pastoral, sólo sabía que el máximo dirigente de la iglesia argentina habitaba en la catedral", escribió la dirigente que en enero de 2008 profanó la Catedral de Buenos Aires junto a otras madres de mayo. En aquella oportunidad, de Bonafini declaró a la prensa que como los baños del templo estaban cerrados, "tuvimos que improvisar uno, detrás del altar".

Asimismo, de Bonafini en una ocasión le deseó la muerte al Papa Juan Pablo II y tras su fallecimiento aseguró que el Pontífice iría "al infierno". También festejó los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.