21 de marzo de 2005 / 10:54 AM
En la Diócesis de Cienfuegos, Cuba, un millar de peregrinos se reunió el sábado en la Catedral local para celebrar con el Obispo local, Mons. Emilio Aranguren Echeverría, la fiesta de San José en una solemne Eucaristía.
Luego de invitar a los fieles a orar por la salud del Papa Juan Pablo II y el Arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Pedro Meurice Estiú, Mons. Aranguren recordó que en San José debemos encontrar un modelo de vida que nos ilumine, fortalezca y anime en el caminar. “José fue un hombre creyente que, a partir de su experiencia de fe, supo afrontar los momentos que podemos considerar como ‘difíciles’ o ‘de prueba’ que, en la vida de todo ser humano, son aquellas en las que, verdaderamente, se descubre la fortaleza y dignidad que marcan la identidad que cualifica a la persona".
"En San José no fueron situaciones físicas, de enfermedad, sino situaciones personales, familiares y sociales, en las que tuvo que tomar decisiones y asumir el peso de la responsabilidad, como parte de la misión que Dios le encomendaba. Por ejemplo, ese momento de profunda intimidad en que San José es capaz de acoger a María, como esposa, estando ella embarazada. Esta respuesta sólo se apoya en la fe que José deposita en la seguridad de las promesas y designios de Dios. Pensemos en todo lo que supone esta actuación, no sólo de cara a la repercusión social, sino en cuanto a la vocación a la que Dios lo llama. ¡San José es un modelo de vida para todo hombre creyente!”, indicó el Obispo.