En una nueva maniobra para presionar a las autoridades de Nicaragua para imponer la legalización del aborto en este país, grupos feministas presentan el dramático caso de una mujer embarazada y con cáncer, arguyendo falsamente que la única posibilidad de tratamiento de "Amelia", nombre ficticio que le han dado, es que sea sometida a esta práctica anti-vida.
Como en otras oportunidades, las feministas no han dado mayor información sobre "Amelia", solo presentan el mal llamado aborto "terapéutico" como única salida y no permiten tener acceso a ella. Estos abortistas han enviado diversas cartas al Director del Hospital Escuela Óscar Danilo Rosales en León –donde se encuentra la mujer–, al Ministro de Salud, a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al mismo Presidente de la República exigiendo la legalización del aborto en Nicaragua, en donde todo tipo de aborto es ilegal.
Los abortistas están liderados por Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, (CENIDH), el doctor Óscar Flores Vigil, Presidente de la Sociedad Nicaragüense de Ginecología y Obstetricia, Marta María Blandón y otros miembros del autodenominado "Grupo Estratégico por la Despenalización del aborto".