"Cada día alguno me dice que me ve por televisión o en fotografías, ¡porque mis imágenes y las del Papa se muestran a menudo en la televisión y en los periódicos!", señalaba lleno de alegría.
La madre de Cecè nunca dejó espacio al desánimo, ni siquiera cuando en el hospital le explicaron que la enfermedad de su hijo no tenía solución: "a pesar de todo, mi madre Sandra siempre ha demostrado gran tenacidad. También combatió contra los médicos que no le dieron esperanza y le dijeron que yo no podría reconocerla desaconsejándola quedarse en la habitación conmigo. Tuvo razón al rebelarse: ¡Cuando se alejaba, en efecto, lloré desesperadamente! Necesitaba su amor y es gracias a este amor que hoy todavía estoy aquí", narraba Cecè.
Sandra y Franco, los padres de Cecè, siempre estuvieron a su lado. Llevaron una vida sacrificada y llena de esperanza, marcada por las terapias y las peregrinaciones en búsqueda de Dios. Precisamente peregrinando a Loreto, fue como Cecè conoció al Papa San Juan Pablo II. "Fuerza y coraje", le dijo el Pontífice antes de besarlo.
Además, Cecè fue el primer italiano con discapacidad en peregrinar a Lourdes en avión con UNITALSI. Viajó de niño, a la edad de 10 años. "He vivido emociones fuertes, no tengo palabras para describir la maravillosa sensación que sentí cuando me sumergí en agua bendita: aquél 'frío' especial no molestaba, pero que me hacía sentir tan bien… y cuando salí ¡estaba totalmente seco! Sentí dentro de mi crecer una fe verdadera, y sentí la presencia de Dios y de María", aseguraba.