Un último apunte. Algunos me preguntan si en el futuro puede existir un Papa modernista que destruiría la Iglesia desde arriba. La respuesta es que eso no es posible. El Papa puede ser mejor o peor, un santo o un pecador, pero es el pastor, es el que tiene la autoridad apostólica para regir el Rebaño de Cristo. Si el Papa fuera el decidido destructor del barco de la Iglesia, podría hacerlo con un solo dogma anulador de todos los demás. Sirva esto para aquietar a las almas sencillas abrumadas por pensamientos apocalípticos.
Nunca permitiría Jesús que la figura del Anticristo y del Vicario de Cristo coincidieran. Porque ya no podríamos distinguir entre el Bien y el Mal. Si eso sucediera, ya no se podría distinguir entre seguir al Rebaño de Cristo y militar en las filas de las tinieblas. Por eso, la figura del Sucesor de Pedro es y será un faro, la seguridad última para saber donde está la Verdad, para saber donde está la Iglesia de Cristo. Donde esté el sucesor de Pedro, allí estará la Iglesia.
Tenemos que ser discípulos, no podemos ser soberbios. Debemos dejar que este Papa nos sorprenda. Es él el que nos guía, somos ovejas. Insisto, no podemos ser soberbios. Las palabras del Papa deben ser reflexionadas, oradas y admitidas. Algunos, durante los años pasados, se han escandalizado de que los desobedientes no acataran lo que dijera el Papa. Ahora, los que se consideran puros, deben dejarse enseñar, debemos dejarnos enseñar. Debemos aprender a acatar lo que pueda no encajar en nuestros esquemas".
El P. Fortea es también autor de numerosos libros, que son accesibles de forma gratuita a los lectores de ACI Prensa, entre ellos el famoso tratado de demonología y manual de exorcistas Summa Daemoniaca. Estos se pueden descargar en este enlace: http://www.aciprensa.com/fortea/