El P. Duarte Lara, sacerdote exorcista de la Diócesis de Lamego (Portugal), señaló que algunas supersticiones que muchas personas ponen en práctica para empezar el año, como comer uvas o vestirse de amarillo, como si de ello dependiera el futuro, no son acciones inocentes, sino que pueden ser “un pecado contra la virtud de la religión”.
En una entrevista a ACI Digital —agencia en portugués del grupo ACI—, el exorcista señaló que “el pecado de superstición es una especie de adulterio espiritual”, y advirtió que este daño proviene de esperar “la salvación de una fuerza que no viene de Dios”.
En ese sentido, resumió: “El diablo se aprovecha de la brecha”.