Ramona Treviño se unió a la lista de hombres y mujeres que sufren una conversión radical mientras trabajan para abortistas. En su primera aparición pública, protagonizó una vigilia de oración frente a su ex centro de labor durante la que aseguró que como católica solo quiere dar gloria a Dios y salvar vidas.
"Mi mensaje es que debemos glorificar a Dios, glorificar las cosas maravillosas que todos ustedes están haciendo y seguiremos haciendo", dijo a los participantes de la vigilia en las afueras de un centro de la transnacional abortista Planned Parenthood (PP) en Sherman, Texas.
"Hay gente como yo en todo el mundo esperando un milagro", afirmó Treviño quien hasta mayo fue gerente de este centro de PP, encargado de derivar a las embarazadas a las clínicas abortistas de la cadena.