Al recibir esta mañana las cartas credenciales del nuevo Embajador de El Salvador ante la Santa Sede, Manuel Roberto López Barrera, el Papa Benedicto XVI recordó que "evangelizando y dando testimonio de amor a Dios y a todo hombre sin excepción alguna" la Iglesia Católica "se convierte en elemento eficaz para la erradicación de la pobreza y en acicate vigoroso para luchar contra la violencia, la impunidad y el narcotráfico" que afecta a muchos, especialmente a los jóvenes.
En su discurso el Santo Padre resaltó los lazos que unen a El Salvador con el Papa, así como la tradición católica de esta nación centroamericana lo que ha generado un patrimonio de valores a la luz del Evangelio que constituye "una herencia que los salvadoreños han recibido como timbre de gloria, un caudal de sabiduría que han de nutrir para consolidar recta y ordenadamente el presente, y del que se pueden extraer suficientes energías morales con vistas a proyectar un futuro luminoso".
El Papa destacó luego que "la Iglesia en El Salvador, desde su competencia específica, con independencia y libertad, trata de servir a la promoción del bien común en todas sus dimensiones y al fomento de aquellas condiciones que consientan en los hombres y mujeres el desarrollo integral de sus personas, impregnando para ello el contexto social con la luz que promana de su vocación renovadora en medio del mundo".