Al presidir la Audiencia General de hoy en la Plaza de San Pedro en medio de un gran ambiente de fiesta y ante una multitud de fieles entre los que se encontraban cerca de 60 mil monaguillos provenientes de diversos países de Europa, el Papa Benedicto XVI explicó a través del testimonio del joven mártir San Tarcisio, que la "Eucaristía es el don más grande que Jesús nos ha dejado".
En su habitual catequesis, que pronunció en alemán debido a la mayoritaria presencia de niños y jóvenes que hablan esta lengua, el Santo Padre recordó la época en la que él fue también un monaguillo y agradeció a todos quienes han hecho posible este encuentro con él.
Seguidamente expresó su gran alegría por el ambiente festivo que se dio en la Plaza de San Pedro y explicó cómo la vida del patrono de los monaguillos, San Tarcisio, de quien bendijo una imponente estatua de cinco metros de alto que será colocada en las catacumbas de San Calixto, es un ejemplo y un llamado para quienes ayudan en Misa y "para quienes desean seguir a Jesús más de cerca a través de la vida sacerdotal, religiosa y misionera".