Francisco Paolo Yang es un joven chino de 27 años que fue bautizado el pasado 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María, en una parroquia de la periferia de Shanghái (China) después de años de búsqueda espiritual.
Según relata a Asia News, Francisco Paolo nació en 1993 en una familia sencilla de Anhui (China) y creció en un ambiente ateo.
Durante los primeros años de universidad asegura que "era totalmente laicista y hedonista sin grandes aspiraciones y llevaba una vida absurda y disoluta", hasta que en un momento determinado "improvisadamente y sin ningún preaviso, como si hubiese estado fulminado, decidí que no quería vivir sin un objetivo específico. Ahora, mirando para atrás, sin ninguna duda entiendo que era la gracia de Dios que me aferró".