Cientos de familias se han visto obligadas a abandonar sus hogares aumentando así la masa de refugiados internos que ya están presentes en la región. "Los milicianos del Daesh (Estado Islámico) –declara a la agencia vaticana el Obispo caldeo Mons. Antoine Audo, presidente de Cáritas Siria– han bombardeado en la noche entre el miércoles y el jueves todas las zonas de la ciudad".
"Luego, en la madrugada del jueves 25, ha comenzado el éxodo masivo, entre ellos cientos de familias cristianas. Solo de entre los caldeos, se han marchado sesenta familias a Qamishli, junto con el párroco Nidal, mientras que otras diez familias han llegado a la parroquia de al-Malikiyah. Y ahora todo el mundo está esperando para ver cómo evolucionan las cosas".
Hassaké en las últimas semanas había sido objeto de ataques por parte de la milicia del Estado Islámico, hasta ahora siempre rechazada por el ejército del gobierno y la milicia kurda.