La madre del emperador Constantino, Santa Elena, fue la responsable de encontrar varias reliquias relacionadas a Jesucristo. Una de ellas es la Santa Cruz, la que identificó gracias a un método particular.
Escritores antiguos como San Crisóstomo y San Ambrosio narran que, en el siglo IV, Santa Elene pidió permiso a Constantino para ir a Jerusalén en búsqueda de la cruz en la cual murió Jesús.
La Enciclopedia Católica señala que la santa, de 80 años de edad, junto a algunos obreros y con la cooperación de San Macario de Jerusalén, obispo de la ciudad, realizaron excavaciones en el monte Calvario, con el fin de encontrar objetos relacionados con Cristo.