29 de noviembre de 2008 / 10:21 AM
Al dirigirse este mediodía a un grupo de seminaristas en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Papa Benedicto XVI señaló que "como ha recordado también la reciente Asamblea del Sínodo de los Obispos, entre las tareas prioritarias del presbítero está la de esparcir a manos llenas en el campo del mundo la Palabra de Dios".
En su discurso a los seminaristas del Pontificio Seminario Regional Pio XI, de Ancona; del Pontificio Seminario Regional Pio XI, de Molfetta y del Pontificio Seminario Regional San Pio X, de Chieti, el Santo Padre señaló que así como las semillas de la Parábola del Evangelio, estas "parecen en realidad pequeñas, pero una vez germinadas, se convierten en un gran arbusto y genera abundantes frutos".
Tras explicar que "la Palabra de Dios que están llamados a sembrar a manos llenas y que porta en sí la vida eterna es Cristo mismo, el único que puede cambiar el corazón humano y renovar el mundo", Benedicto XVI precisó que "en el actual contexto social, una cierta cultura parece mostrarnos el rostro de una humanidad autosuficiente, deseosa de realizar sus propios proyectos por sí sola, que elige ser la única artífice de su propio destino; y que, en consecuencia, considera como no influyente la presencia de Dios y por lo tanto la excluye de hecho de sus elecciones y decisiones".