James Sinohui trabaja como policía en Arizona, Estados Unidos, y cada vez que sale a patrullar no solo se esfuerza por cumplir con su deber, sino que también ve la oportunidad de ser "luz de Cristo" para los demás. Además es empresario y dona parte de sus ganancias a organizaciones provida.
Sinohui es policía desde hace 19 años, está casado y tiene tres hijas. Administra con su esposa Milinda un negocio de café llamado Universal Cup Coffee del que, según comentó a al periódico The Catholic Sun, dona el 10 % de las ganancias para organizaciones provida.
El policía vive su fe bajo el principio de que todo hombre católico debe "llevar a su familia y a los demás al cielo"; y suele portar consigo una botella de agua bendita para usarla donde haga falta.