"Cambiar los programas de enseñanza de religión en las escuelas, en casa y en general en los lugares de culto; reformar el clero haciéndolo siempre más atento a la sociedad moderna y exigirle a los gobiernos el respeto a los derechos humanos" es la propuesta del Arzobispo de Kirkuk (Irak), Mons. Louis Sako, para cambiar la situación de los cristianos que son perseguidos en el país.
"Los atentados terroristas golpean a todos los iraquíes sin hacer distinción entre las religiones: Asaltos a mano armado, homicidios, secuestros son una realidad cotidiana", denuncia el Prelado a la agencia italiana SIR.
"Los agitadores del disuelto partido Baath, los criminales salidos del régimen previo a la guerra, los combatientes árabes (Moujahidin) y los fundamentalistas musulmanes. Todos quieren impedir el proyecto de un Irak democrático, pluralista y moderno. Los criminales buscan dinero, los miembros del partido quieren el poder, los fundamentalistas quieren ser los depositarios de la única verdad y por lo tanto aquellos que la refutan son amedrentados", explica el Arzobispo.