23 de mayo de 2008 / 02:10 PM
El Asistente Eclesiástico Internacional de la Asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), P. Joaquín Alliende, pidió a los católicos de todo el mundo a encomendar a la Iglesia en China a la "gran intercesión de María" pues "la oración a la Madre de Dios es poderosa".
Tras señalar que la Jornada Mundial de Oración por China convocada por el Santo Padre se celebrará mañana 24 de mayo, el presbítero rogó para que no se deje "pasar por alto este día", sino que "China se convierta en un nuevo Caná", pues en las Bodas de Caná Jesús transformó agua en vino y María "anticipó la hora de Jesús, demostrando ser la mejor intercesora".
"China es un país grande e importante que tendrá un papel decisivo en el futuro de la humanidad, pero no por ello debemos olvidar el sufrimiento de los cristianos que viven allí", indicó el futuro Presidente de AIN y agregó que "pese a todas las dificultades, el cristianismo en China encierra un futuro prometedor".