El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, invitó a los fieles a peregrinar al Santuario del nuevo Doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila, para encender la fe, tal como hicieron los obispos españoles el pasado 23 de noviembre.

“Montilla (donde está el Santuario) debe convertirse cada vez más en un lugar de peregrinaciones para todos, donde uno recupera la fe perdida o se enciende en el amor que transforma la propia vida haciéndola luminosa para los demás”, afirmó en su carta semanal enviada a ACI Prensa.

Mons. Fernández afirmó que peregrinar a Montilla es peregrinar al sepulcro de San Juan de Ávila para “encontrarse con él como buen intercesor nuestro ante Dios”, pues el ahora Doctor de la Iglesia “es un faro que ilumina al hombre de nuestro tiempo para que se encuentre con el Dios misericordioso, que Cristo nos ha revelado”.

San Juan de Ávila, recordó el Obispo, fue un sacerdote diocesano que se dejó transformar por el amor de Cristo. “Vivió apasionadamente el misterio de la Iglesia, en profunda obediencia a los pastores. Fue un misionero infatigable para anunciar a todos que Dios es amor, a través de la catequesis a niños, jóvenes y adultos, dirigiéndose a los nobles y a los rudos de su tiempo”, afirmó.

Por ello destacó la peregrinación de casi 80 obispos y 40 presbíteros a este Santuario el 23 de noviembre, donde se experimentó la comunión eclesial de todos los obispos de España y que ha sido “un signo de referencia para toda la Iglesia, que camina unida a sus pastores, en un deseo de verdadera reforma, que se cumple siempre por la comunión renovada con nuestros pastores, en la única Iglesia fundada por Jesucristo, bajo el cayado del sucesor de Pedro”.

“A Montilla llegan cada semana cientos, miles de peregrinos: familias, parroquias, colegios, seminarios, sacerdotes, obispos. Es todo un movimiento de fe en este Año de la fe. Son innumerables los que alcanzan el perdón de Dios por el sacramento de la penitencia, constantemente ofrecido, y con él la indulgencia plenaria, la gran perdonanza”, afirmó.

Por ello, invitó finalmente a los habitantes de Montilla a ser “capaces de acoger tanta gracia, que sepamos acoger a los peregrinos que se acercan y podamos ofrecerles el servicio de nuestra caridad fraterna, que el contacto con San Juan de Ávila nos convierta en constructores de una sociedad nueva, que busca lo auténtico, lo que perdura, lo eterno”.