El Jefe de la Oficina Numismática y Filatélica del Vaticano, el Doctor Pier Paolo Francini, relató la historia de los sellos impresos durante el periodo de Sede Vacante en el año 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II. El diseño surgió luego de que uno de sus colaboradores viera casualmente un fresco del artista Carlo Malli, adecuado para la ocasión en el Palacio Apostólico.
Francini explicó a L'Osservatore Romano que "por tradición el sello de la Sede Vacante debe imprimirse tan pronto como sea posible. Del resto se trata de un evento que sucede solo en Vaticano".
"En el periodo de la Sede Vacante la facultad de autorizar la emisión de sellos o monedas pasa, como cualquier otra actividad del Estado, por las manos del Cardenal Camarlengo, por un periodo muy breve durante el cual es necesario sin embargo reafirmar la continuidad de la vida del Estado, sin interrupción y que queda establecida con la emisión de nuevos sellos y el acuñado de nuevas monedas", continuó.