En Venezuela urge el testimonio de los cristianos en la vida pública dice Obispo

Mons. Mario Moronta R., Obispo de San Cristóbal, dijo durante la reciente fiesta del mártir San Sebastián, que urge que los católicos venezolanos testimonien su fe en el ámbito público, en medios de las presentes dificultades.

“La palabra mártir –recordó el Prelado– viene del griego y significa testigo. Así, todo mártir es considerado un testigo de la fe en Jesucristo, que ha sido capaz de entregar su vida por Él y por la Iglesia y los hermanos”.

Pero señaló que “Sebastián, y lo demás mártires, no se convirtieron en tales de un momento para otro. Cuando les llegó la hora difícil del martirio ya estaban preparados, porque a lo largo de sus propias vidas habían sido testigos valientes del Evangelio de Cristo”.

Mons. Moronta explicó, al respecto, que “dar testimonio o ser testigo, no significa hacer obras prodigiosas o espectaculares. Es ante todo el transmitir la fidelidad a Dios en las cosas pequeñas, siguiendo la enseñanza del Maestro en el Evangelio”.

“Este es el gran desafío que se le presenta hoy a la Iglesia y a cada uno de sus miembros: nos toca ser fermento en la masa. Es decir, llenar de los principios y valores del Evangelio a nuestra sociedad; iluminar con su luz brillante las oscuridades que ensombrecen a la misma sociedad; romper todo muro de división que pueda existir o crearse, para hacer que todo ser humano llegue a ser un hombre nuevo, una mujer nueva”, agregó.

El Obispo de San Cristóbal advirtió que “quien se diga creyente en Cristo y no actúe en su nombre, sencillamente es un mentiroso”.

Crisis y respuesta

“Los momentos que vivimos en nuestra sociedad no son nada fáciles. Y nos toca a los creyentes y seguidores de Jesús ser capaces de construir el reino de Dios”; dijo el Obispo; y explicó que “esto significa que hemos de llenar de los valores del Evangelio todos nuestros ambientes para que brille con todo su resplandor la luz de Cristo”.

“Pero no podemos darnos el lujo ni de mantenernos aislados de esta tarea, ni de esperar que otros la hagan por nosotros y mucho menos ser antitestimonio en medio del mundo donde debemos ser sal y luz. Sal para darle el sabor de justicia y paz, de solidaridad y fraternidad; luz que destruya toda oscuridad y sombra de muerte”.

Mons. Moronta pidió “no enfrascarnos en discusiones estériles o en acciones que no conducen a nada si queremos transformar nuestra sociedad”.

testigos valientes de Jesucristo no es una tarea para mañana