12 de mayo de 2009 / 11:24 AM
Al presidir esta tarde (hora local) la Eucaristía en el Valle de Josafat que se encuentra frente al Monte de los Olivos –en donde Jesús rezó antes de ser apresado y crucificado– el Papa Benedicto XVI resaltó la vocación universal de Tierra Santa aseguró que allí "¡hay lugar para todos!" y por lo tanto no hay razón para prejuicios de ningún tipo.
Luego de explicar que las palabras de San Pablo en la lectura de los Colosenses en donde anima a "buscar las cosas de arriba, en donde Cristo está sentando a la derecha de Dios", resuenan "con particular fuerza aquí, bajo el Huerto de Getsemaní, en donde Jesús aceptó el cáliz del sufrimiento en completa obediencia al Padre", el Papa resaltó que las palabras del Apóstol de Gentes deben "resonar constantemente en nuestros corazones. Sus palabras nos señalan el cumplimiento de las antiguas profecías, en las que Dios enjugará las lágrimas de todos los ojos y preparará un banquete de salvación para todos los pueblos".
"Esta es la esperanza, esta es la visión, que inspira a quienes aman esta Jerusalén terrena a mirarla como una profecía y una promesa de la reconciliación y paz que Dios desea para toda la familia humana. Tristemente, dentro de las paredes de esta misma Ciudad, podemos ver lo lejos que estamos de darle cumplimiento a esta profecía y promesa".