La celebración de la Misa del Domingo de Ramos en la Basílica de San Pedro fue presidida por el Cardenal Camillo Ruini, Vicario de la diócesis de Roma. En su homilía destacó el significado de la Cruz para los cristianos, y su importancia esencial para responder fielmente a la misión de la Iglesia en el mundo.
“En la Cruz de Cristo entramos en contacto con el verdadero rostro de Dios, según las palabras del mismo Jesús que nos dice: ‘nadie conoce al Padre si no el Hijo y aquél a quien el Hijo lo revele’. En la Cruz de Cristo el rostro de Dios no pierde su grandeza y su misterio, se vuelve extraordinariamente cercano y amigo, porque es el rostro de Aquél que, en propio Hijo, comparte hasta el fondo también el lado más oscuro de la condición humana”, afirmó el Purpurado.
En referencia a la situación de pecado del hombre recordó que “mientras nos reconocemos criaturas frágiles y pecadoras, nos sentimos abrazados y sostenidos por el amor de Dios, que es más fuerte que el pecado y que la muerte, y somos capaces de descubrir un significado extraordinariamente rico y pleno, porque está destinado a no perderse con el pasar del tiempo sino a dar fruto por la eternidad”.