16 de febrero de 2015 / 02:18 AM
¿Por qué casarse con Dios? ¿Por qué dejarlo todo para seguirle? ¿Cómo reconocer su llamada? Estas son las preguntas con las que ACI Prensa entrevistó a los consagrados y seminaristas que viven en Roma para conocer cómo viven ellos el Año de la Fe.
El Padre Pedro Aliaga, Consejero General de la Orden Trinitaria, afirma que volvería a consagrar su vida a Dios una y mil veces. "Consagrar mi vida a Dios es una alegría muy grande, significa que se han fijado en ti y que te han querido. Entonces que el amor de Dios te llame de esa manera, llamándote para sí, es un don muy grande que quizá no se pueda explicar adecuadamente, pero es una alegría".
Según señala este religioso natural de Jaén (España), Dios "lo llena todo de sentido, de alegría y es una aventura que merece la pena vivir. Como cada persona es diferente, cada uno tiene su modo. Yo entré con 15 años en el seminario menor Trinitario en Alcazar de San Juan, y desde entonces estoy aquí, y volvería a repetir desde el principio".