Durante la reunión de despedida con el Papa Juan Pablo II, al final de la visita de tres días del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, el Pontífice y el máximo líder ortodoxo se comprometieron a permanecer en comunión de oración y de caridad.
Juan Pablo II invitó al Patriarca a dar gracias a Dios por haber podido “mostrar a los fieles un signo vivo de fraternidad y de confirmar el propósito de progresar con decisión hacia la meta de la plena unidad entre católicos y ortodoxos”.
“Hay una gran necesidad de estos signos de comunión, así como de palabras que los acompañen y los expliquen, como pretenden ser las que hemos escrito en una declaración común”, agregó el Santo Padre.