Una de las cosas que más le han llamado la atención es que "muchos con los que hemos hablado tenían preocupación por el regreso porque decían que habían sido sus propios vecinos quienes les habían denunciado y se preguntan cómo van a volver a convivir con aquel que le ha denunciado y amenazado cuando llegaban los milicianos".
"El Arzobispo de Erbil nos dijo que el gran problema de estas personas es que no tienen esperanza. Por eso ha organizado una evangelización en los campos con miembros del Camino Neocatecumenal y otras realidades para llevarles esperanza, algo que les pueda ayudar. Al Obispo le preocupa mucho el aspecto espiritual", relata Tejado.
En referencia a la labor de este Pontificio Consejo de la caridad y de su trabajo en estas zonas de conflicto, afirma que "no se hace ningún tipo de discriminación". "Hay muchos yazidíes (minoría religiosa perseguida también por el llamado Estado Islámico) que han sido expulsados, sobre todo de la llanura de Nínive y a ellos también se les ayuda", porque "la Iglesia no mira a quién ayuda, sino que ayuda a todo el que lo pide".
Precisamente, el pasado 27 de marzo, la Santa Sede comunicó que el Papa Francisco había decidido nuevamente enviar a Irak al Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, "como signo de cercanía, de afecto y de unión en oración" con las víctimas.