Ante quienes afirman que el Instituto Juan Pablo II ha realizado una propuesta "demasiado idealizada", el sacerdote recordó que el Papa polaco dijo: "'Familia sé lo que eres'. Esta expresión la entendieron algunos como la búsqueda de una familia idealizada. Pero no era así. Juan Pablo II quería transmitir ilusión a las familias. Les decía: el camino depende de vosotras mismas, nadie lo podrá hacer por vosotras. Sois vosotras las que podéis responder a la llamada de Dios".
De ese modo, "Juan Pablo II se oponía a una pastoral centrada solo en resolver problemas, porque esta es una pastoral miope. Es la mirada de quien ve en primer plano la fragilidad de las familias, y ya no mira a más y, por tanto, trata de excusar los comportamientos. Juan Pablo II, por el contrario, nos ha dicho: hay que estar cercano a la fragilidad de las familias, pero antes de la fragilidad hay algo más importante. ¡Antes de la fragilidad está el don que Dios hace a las familias y la fuerza de Dios para sostener a la familia en su vocación!".
"De esta forma se abría una pastoral atrevida, que no iba a remolque de los problemas de la familia. Se superaba la visión del ´Manual de pastoral' de Arnold y Karl Rahner, que desconfiaba de la familia. Fíjese que este manual, de sus 3500 páginas, ¡solo dedicaba 70 a tratar de la familia!".
El P. Pérez Soba explicó que en Familiaris consortio San Juan Pablo II pidió a cada país elaborar un directorio de pastoral familiar, algo que "cayó en el saco roto de las buenas intenciones" porque "los que hacían pastoral familiar se desesperaban al ver crecer los problemas, como la falta de preparación de los novios ante el matrimonio o el número de divorcios. Entonces el Instituto, de forma callada, fue pionero de un modo nuevo de presentar la pastoral".