El Vaticano y México buscan caminos para ayudar a migrantes latinoamericanos

El Embajador de México ante la Santa Sede, Mariano Palacios Alcocer, señaló que la Santa Sede y el Estado de México preparan un seminario con el objetivo de estudiar los desafíos y aportaciones que ofrecen los migrantes en el continente americano.

"México es un país de misión, de tráfico interno, de destino, y de retorno de migrantes, por lo tanto en el mes de julio habrá un seminario organizado conjuntamente por la Santa Sede y la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de México para discutir los temas de la migración en el continente", explicó Palacios recientemente en declaraciones a ACI Prensa/EWTN Noticias en Roma.

El seminario se celebrará en la Cancillería Mexicana de México DF el próximo14 y 15 de julio, será inaugurado por el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin; y junto a él también participarán el Obispo argentino y Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo; el Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), el Arzobispo mexicano Carlos Aguiar Retes; así como el Arzobispo de Los Ángeles (USA), Mons. José Gómez y otros expertos.

Palacios indicó que se trata de una iniciativa conjunta entre ambos estados que tiene por objetivo diagnosticar el fenómeno migratorio en el continente desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo. "Fundamentalmente nos interesa saber cómo los inmigrantes han sido hostilizados y segregados en el acceso a la justicia y los beneficios de los servicios a la seguridad social. Todos estos fenómenos nos interesa tenerlos bien sistematizados porque es una preocupación en el continente americano y que compartimos con la Santa Sede", remarcó.

En las reuniones se estudiará el fenómeno de la migración para analizar cuáles son los países emisores, qué ocurre desde el punto de vista de los migrantes, y cómo la migración debe ser vista, "no como un lastre, sino como un elemento que contribuye al intercambio y acercamiento entre las culturas, las historias y las humanidades como factor preponderante de desarrollo", puntualizó Palacios.

En este sentido, el diplomático subrayó que distintos instrumentos de la ONU, como el grupo de alto nivel de 2014, han llegado a la conclusión de que los inmigrantes son un factor de desarrollo, aportan fuerza de trabajo, generan riqueza, distribuyen los beneficios a los países de los que son originarios a través de las remesas, y son un servicio de intercomunicación muy valiosa.

"En México -continuó-, vivimos el tema de los migrantes como un espejo de lo que ocurre en el mundo. Dado que tenemos una frontera de tres mil kilómetros con los Estados Unidos de Norte América, los flujos migratorios del subcontinente americano en relación a la economía más poderosa del mundo transitan por México".

"Es el caso de algunas familias de mexicanos que han tenido hijos en los Estados Unidos y que tienen una condición irregular por el vencimiento de las visas, o por carecer de los permisos para internarse en aquél país. Son deportados y quiebran y desmiembran las familias", dijo.

En la misma perspectiva, Palacios afirmó que la Santa Sede y los Episcopados pueden jugar un papel activo en algunos casos para protección, y en otros, para evitar las políticas de deportación. "Lo pudimos vivir aquí hace dos meses cuando una niña, Jersey, vino a saludar a su Santidad, le pidió que pidiera que no deportaran a su padre, porque su familia había crecido en los Estados Unidos, y curiosamente no fue deportado", recordó.

Por último el diplomático valoró positivamente la labor desarrollada por la Conferencia del Episcopado Latinoamericano, el Mexicano y el Norteamericano en la defensa de una agenda a favor de la protección de los derechos de los migrantes.

"Varios de los Obispos y Arzobispos de Estados Unidos tienen una actitud verdaderamente comprometida en defensa de los migrantes, como el Arzobispo Gómez de Los Ángeles, que ha desarrollado una labor ejemplar en este campo", concluyó.